Pese a todo, puedo decir
que tengo el corazón feliz.
Nunca esperé eso de
"dar para recibir", todo lo que dí,
fue porque nació de mí.
Hoy, sonrío, pues me he quedado
con la satisfacción de que
en el amor, siempre me entregue
con el alma. Y aunque ciertas veces
tropecé con personas que me
dieron amor a medias. Yo estoy
feliz, feliz por el sencillo hecho
de haberme entregado sin
condiciones y por completo.