9/2/20

Domingo Cobarde

Llevo unos días que no paro de preguntarme si últimamente estoy tomando las mejores decisiones. En principio creo que si, pero la verdad es que a veces me rayo. Lo único que tengo claro es que estoy en los 26 años y que lo importante es ser feliz; que ojo, no es poco.

El problema es que me estoy empezando a dar cuenta de que no se puede tener todo y que tampoco se puede estar en dos sitios a la vez. Hay que tomar decisiones si o si, e incluso si no las tomas, al final las estas tomando también. Es por eso por lo que no puedo evitar preguntarme continuamente si estoy haciendo lo correcto. Quiero pensar que si, pero...
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Luego esta la gente, que no para de decirme lo que tengo que hacer en todos los ámbitos de mi vida. Y como deje de ser grosera, termino callándome, escuchando y asentando como si me interesara, pero es que me da igual su opinión; ni la quiero, ni la pido, ni la necesito. No entiendo como se atreven a decirme lo que tengo que hacer cuando ellos están todavía mas perdidos que yo. Es de locos.

E insisto, ya con la cabeza apuntando hacia adelante, lo único que se es que lo importante es ser feliz. Y voy tomando decisiones en función a eso, en si me hace feliz o no. Punto.

Y gracias a ello cada día que pasa tengo mas claro que necesito mas tiempo para mi y que no puedo estar apagando los fuegos que los demás prender porque tome mis decisiones y porque mire por mi mismo. Y que quede claro: no es egoísmo, es supervivencia.

Al final el tiempo es el único que puede decir si lo estoy haciendo bien o no.
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Mientras tanto, al que quiere juzgar mis decisiones, primero que se ponga en mis zapatos.