3/3/22

- Dicen que pertenemos a donde no tenemos miedo de mostrarnos como somos. Tal vez, donde nuestro "verdadero yo" se acerca a nuestra persona -

Hace ya un tiempo, recuerdo que te pregunte que era la libertad. Y sin pensarlo ni por un segundo, me respondiste que era la perdida del miedo a ser. 

No comprendí la abstracción del concepto. 
Te cuestione. Te cuestione bajo la premisa de que uno desde el mismo momento en el que comienza a respirar, esta constantemente "siendo".

Ahí fue cuando comenzaste a hablarme de la millonada de capas y mascaras que nos ponemos, sin darnos cuenta, con la intención de "pertenecer". Con la esperanza de tener un lugar en donde ir, un sitio donde poder volver. 
Cuando en realidad lo único que estamos logrando es alejarnos. Nos arrastramos bien lejos de nuestra matiz, de nuestra energía. 

Tanto, que vamos por la vida intentando salvarnos de una existencia entera siendo alguien que no somos, nos lleva irremediablemente a tropezarnos. Y caemos con tal fuerza, que no nos queda otra opción que rearmar nuestra identidad.

Lo que solía ser nuestras respuestas, se vuelven preguntas. Y lo que solían ser nuestros "nunca", se vuelven un "tal vez".

Trato de hacer memoria del detalle. Pero ahora me cuesta recordar con exactitud el pliegue de tus palabras. Se que hiciste hincapié en la lucha contra el ego, y el encuentro con la esencia. En un momento dado de la conversación, te interrumpí para preguntarte si podrías abreviar la definición. 

-"Somos nuestra libertad. Pertenecemos a todos esos lugares, personas y momentos donde no tuvimos miedo a mostrarnos como realmente somos"- dijiste sin apuro.

Ahí es. Ahí, siempre fuimos. 
Acá, siempre somos. 

Con amor, 
Mariana