22/12/19

El Oso

Yo vivía en el bosque muy contento,
caminaba, caminaba sin cesar. 
Las mañanas y las tardes eran mías, 
a las noche me tiraba a descansar.
Pero un día vino el hombre con sus jaulas, me encerró y me llevo a la ciudad.
En el circo me enseñaron las pirutas
y yo así permite mi amada libertad.
- Confórmate me decía un tigre viejo, nunca el techo y la comida han de faltar, solo exigen que hagamos las piruetas y a los ninos podamos alegrar.
Han pasado cuatro años de esta vida, con el circo recorrí el mundo así pero nunca pude olvidarme de todo, de mis bosques, de mis tardes y de mi.
En un pueblito alejado alguien no cerro el candado. Era una noche sin luna, yo deje la ciudad. 
Ahora piso yo el suelo de mi bosque, otra vez el verde de la libertad.


Alguna vez le prestaron atención a la letra de esta canción? No les suena similar a algo que sucede desde que nacemos?
Esta canción siempre me hizo llorar. Tal vez porque sentía que me representaba. 
Hoy la escucho y me genera alivio. Es que en mi vida hace un tiempo ya que ese candado quedo abierto y que puedo pisar el verde de la libertad.



11/12/19

~ Quien no lo sepa ya 
lo aprenderá de prisa:
la vida no para, no espera, no avisa.
Tantos planes, tantos planes vueltos espuma, 
tu, por ejemplo,
tan a tiempo
y tan 
inoportuno. Quien sabe cuando, 
cuando es el momento de decir: ahora?
Si todo alrededor te esta gritando: Sin demora, sin demora!
Quien no lo sepa ya
lo aprenderá de prisa: 
la vida no para, no espera, no avisa.
Tantos planes, tantos planes
vueltos espuma
tu, por ejemplo, 
tan a tiempo y tan INOPORTUNA! @drexlerjorge


5/8/19

Quiero sentarme con vos en alguna esquina de Cordoba a reirme del tiempo, de los años y todas las cosas que no salieron de acuerdo a lo previsto. Que entre cerveza y cerveza, entre café y cafe vayamos compartiendo poco a poco nuestras vivencias, nuestras historias y cada uno de los sueños que habita en nuestro interior. Quiero recorrer de tu mano cada recodo, cada restaurant y cada museo de esta magica pero confusa ciudad. Mientras me relatas con detalle tus días, y te pregunto con ansiosa insistencia cada respuesta que intentas iludir. Quisiera poder captar eternamente en mi mente todos esos momentos donde tu felicidad es tan grande que invade de brillo cada centimetro de tu ser. Tener la suerte de fotografíarte riendo, comiento, cantando, tomando, viviendo... para que jamás se pierdan de nuestra memoria toda la belleza de lo que fuimos a lo largo del camino. 
Quiero disfrutar de tu alegría en la aciertos, abrazarte bien fuerte en las caídas y mencionarte siempre lo único que sos.
Quiero que me cuentes de tu infancia, de tus padres, de tus anhelos y de todas las penas que guardas bajo tu enimatica coraza. 
Sé que los cambios te cuestan, que soltar no está en tu diccionario, y siempre que pensas en felicidad viene a tu memoria la sonrisa de tu mama. Conozco las vueltas de tu humor, la mabivalencia de tus decisiones, y como un chocolate te cambia el humor.
A menudo me suelo cuestionar si nos cruzamos por conincidencia, o si nuestros recorridos van a estar entretejidos para siempre. 
Tal vez vivimos en la locura de esta urbanidad por qué solo al recorrer incansablemente estás calles íbamos a encontrarnos, o tal vez todo esto no es más que un precioso espejismo diseñado a la perfección por mi inocente romanticismo. 
Es evidente que nada es cierto, ni eterno...pero confío demasiado en lo que vi, como para no creer que el misterio de Córdoba seguramente nos va a volver a encontrar.

11/2/19

LUNES 11 DE FEBRERO


Todavía me acuerdo de la primera vez que te dije te quiero. Todavía me acuerdo del primer beso, sé que vos tampoco lo vas a olvidar. Tampoco voy a poder olvidar cuando me dijiste adiós, aunque mi cabeza quiera borrarlo, aunque todavía me cueste creer que pasó de verdad. Me dijiste adiós junto con un montón de excusas, que las dejé pasar porque no las creí. Te fuiste y me dejaste tirada en el medio de mis miedos y de mis mil intentos de quererte y de querer estar bien. Me dejaste sola conmigo misma y todas tus falencias. 
Me duele mucho porque me volviste a abandonar, como un cobarde, como si no valiera nada, como si nunca hubiese importado.
Me sacaste de encima lo más rápido posible y te borraste, en vez de aunque sea pedirme perdón por no quererme, no sé, como para amortiguar un poco más tu partida.
No hay mucho que decir cuando dejaste de sentir, lo sé, de hecho no queda nada por decir más que comunicárselo a otra persona, para terminar algo que empezaste cuando sentías que nada podía ser mejor, y hoy simplemente ya no me queres en tu vida, y por momentos no quiero ni estar en la tuya. 

¿Por qué nos cuesta tanto aceptar que todo termina? 

En que, en realidad, adentrándonos más en el otro, al intentar comprenderlo, que no tiene la culpa por no quererte, que uno tampoco quiere a todo el mundo, que yo también deje de querer, y que tal-vez ya te habían dejado de querer a vos.
Y me duele pero lo acepto, y reconozco tus expectativas, reconozco que siempre te he exigido mucho más, que quería que fueses a mi gusto, quería moldearte a la idea que tenía, porque quería que fueses en algunos momento un poco más cariñoso, menos mujeriego, y así, sabiendo que ya te había conocido de una forma, sabiendo que las personas difícilmente cambien. 
No me culpo, entiendo mi dolor, idealizar no duele, darte cuenta de que esa idea sólo estaba en tu cabeza, si.
Creo que eso es lo más cuesta dejar atrás, todo lo que podría haber sido, todo lo que nunca será.
Pero por suerte siempre hay más personas, más comienzos, más paisajes. 
Cuando la vida te niega algo, es porque tiene preparado algo mucho mejor.










Me hiciste feliz. Me quisiste. Aunque no haya sido lo que esperamos. Aunque hayamos cambiado tanto. Aunque hoy todo parezca triste. Te hice feliz. Te amé. Por todo lo que vivimos siempre te voy a desear el bien.




No te mereces un amor así. Soltalo, déjalo irse, andate vos también. 
Ya vas a llegar alguien que te quiera entera y tal cual sos. Amate lo suficiente como para no conformarte con un amor a medias.





Terminar una relación siempre es doloroso y difícil.

Miro hacia atrás y me pregunto qué podría haber hecho diferente...
La verdad es que estoy triste porque perdí a alguien que me importaba, pero, sobre todo, estoy agradecida. Es una extraña sensación después de terminar, depender de que si las cosas terminaron bien o mal.
Este chico, entre todos los demás, cambió mi vida y mi forma de actuar. Esperé toda mi vida para encontrarlo. Esperé mucho tiempo para enamorarme completamente de alguien, y me alegro de haberlo hecho. Estoy aún más agradecido de la persona con quien pude vivirlo. El amor es algo realmente especial. No se puede forzar, pero a veces, te topas con algo grande, incluso si no funciona. 
Miro hacia atrás y pienso en todo lo que pasamos, y sonrió, porque aunque hoy no la esté pasando bien, sé que mañana voy a estar contenta por habernos encontrado.
Quizás creer que algo nunca va a terminar es lo que nos hace tan difícil dejarlo ir después.

Separarme de el me hizo entender, para bien o para mal, que lo que teníamos era especial. Y acepto que estoy triste porque eso significa que el amor fue real. Estoy agradecida por el corazón roto porque sé que, en el fondo, el me cambió y hoy soy mejor persona por eso. Antes me preocupaba no poder llegar a amar a nadie de verdad. Y ahora, sé que puedo amar,y que me puede importar alguien más de lo que nunca imaginé.
Poder amar a alguien de nuevo, una y otra vez, es un poderoso regalo.
Ya no me reprocho nada y entiendo que el dolor que siento ahora es por el amor que compartimos.