30/3/18
ADIÓS
Quizás algún día me vuelva lo suficiente fuerte como para dejar de intentarte, dejar de sufrir, dejar de pensar en vos.
Quizás pueda entender que no eras para mí, aunque hoy lo entienda, me cuesta creer que no pudo ser, que no pudiste quererme, que no me alcanzó, pero yo hacía enormes esfuerzos para que me sea suficiente ese poquito que me ofrecías, y todo el resto que no me quisiste dar.
Ojalá me hayan quedado ganas de volver a querer a alguien como te quise a vos.
Ojalá mis partes rotas vuelvan a unirse y vuelvan a brillar pronto, sin cortar a otros en el intento por querer una vez más.
Ojalá no me dejes un sabor amargo para siempre, me cuesta aceptar que al final, después de tantos intentos, no tenias que ser vos. Por un momento creí que sí, pero yo siempre fui bastante soñadora.
Ojalá me vuelva a enamorar de mí, y así, inevitablemente, me vuelva a enamorar, y a sonreír, y a amar a otra persona como sé que alguna vez supe amar.
Ojalá no estés para siempre en mis pensamientos, ojalá dejes de aparecer en mi cabeza algunas noches sin dormir.
Te voy a extrañar tanto, que lo que más me duele es tener la certeza de que vas a seguir sin mí, de que voy a seguir sin vos, de que la vida no es un juego, de que ya no te voy a sentir.
Me quedo con la sensación del para siempre que siempre guardé en mi alma, y me quedo con todo el amor que te di, que también me lo regalé a mí. Te perdono, me perdono, te suelto y creo que ahora sí estoy lista para dejarte ir.
Sé que no va a ser fácil, aunque hoy mi corazón se lamenta por el dolor que provoca tu partida, mi cabeza te entiende, te quiere y comprende que está bien que no me quieras como te quiero yo, porque yo tampoco quise a todos.
Te entiendo como siempre y te dejo ir porque te quiero, porque me va a doler mucho más que te quedes sólo por lástima. Me gustó sentir por un ratito el sabor de la eternidad junto a vos.